María Domínguez Remón fue la primera mujer que tuvo el poder del Ayuntamiento de Gallur, en Zaragoza, en la Segunda República.
María Domínguez tiene sus raíces en una familia humilde, en Pozuelo de Aragón. Pronto aprendió a trabajar en el campo y ayudar en las tareas de casa, pero su espíritu por aprender era superior. Por entonces, el gran logro era que una mujer joven, de un pueblo del interior de Aragón, aprendiese a leer y escribir. Encontró en la educación una manera de defenderse.
A la vez también crecía la María Domínguez mujer, que recordaba mensajes de su madre como este: “Mira hija, por la calle se va siempre con la vista baja. A los hombres no se los mira”. Ella obedecía dominada por el machismo de la época. Sus padres concertaron un matrimonio con el que sería su futuro marido, cuando ella apenas contaba con 18 años.
Los malos tratos no tardaron en llegar. “Mi marido no trabajaba, bebía, me trataba mal. A los siete años de casada, un buen día salí de mi casa con lo puesto. Dos reales teníamos de capital conyugal aquella mañana, y los dejé. Fui a ver a una amiga, conseguí que me prestara algún dinero, y a pie por el monte, me fui del pueblo. A pie caminé hasta Navarra, hasta la Estación de Cortes. Allí tomé el tren para Barcelona”, explicaba ella misma para el periódico "Ahora". Su marido la denunció y sus padres la obligaron a volver con él.
“Me trató peor que antes -recordaba ella, en la prensa-. Por mi parte, ya no era la pobre moza de otros tiempos, dispuesta a sufrirlo todo. A los siete días de convivencia rompí de nuevo con él, y me fui a Zaragoza a casa de unos parientes, y luego otra vez a Barcelona. Durante algún tiempo mi marido me persiguió. Cuando yo aparecía por el pueblo, me espiaba y me amenazaba. Me coloque de criada en Pozuelo, y en algún lugar de los alrededores, y anduvo detrás de mí, pretendiendo que renováramos la vida matrimonial. Convencido, sin duda, de que yo estaba resuelta a no hacerle caso, se unió a otra mujer y me dejó tranquila”, explicaba.
Tras soportar los malos tratos, renace una nueva María Domínguez que decidirá ya por sí misma su vida por completo. Con los ahorros de trabajar como sirvienta, se compró una máquina para coser medias, trabajo que le daba para comer y la alejaba de las tareas del campo. Así pudo retomar lo que siempre le gustó: leer y escribir.
Empezó a colaborar con ·El Ideal de Aragón", lo que le acercó a un entorno republicano.Su conciencia feminista y de compromiso social se nota en sus primeros textos. “Somos nosotras, las hijas del pueblo, las únicas que tenemos derecho a levantar la voz, porque somos las más perjudicadas en estos atentados a las libertades femeninas. Las grandes damas aristocráticas no pueden sentir estos mismos anhelos, porque ellas disfrutan de todos los privilegios. Qué saben ellas de privaciones y amarguras”, escribía en uno de sus artículos.
Un amigo maestro le ofreció que ella misma impartiera clases en la escuela de un caserío, en Mendiola. Ella sabía leer y escribir pero reconocía que en otros aspectos podía no tener la formación que se requería, así que ese amigo maestro preparaba con ella las clases que ella tenía que impartir al día siguiente.Y, a la vez que impartía clases, María estudiaba para lograr el ingreso en la Escuela Normal de Pamplona.
En 1922 muere aquel marido del que no podía separarse. Ya viuda, años después, se casa de nuevo con un hombre al que quiere, y se traslada con él a Gallur y participó en la constitución de la UGT.
En 1932 ocurre una crisis en el Ayuntamiento de Gallur y el Gobernador civil crea una Gestora Municipal con ella como presidenta. Es así como María Domínguez llega a convertirse en la primera alcaldesa. Estaría poco tiempo, hasta 1933, cuando decidió retirarse para dedicarse a escribir y a la docencia.
Pero todo el mundo recordaba aquel mandato, donde ella fue la encargada de gestionar las 156.613 pesetas del presupuesto municipal. Siempre tuvo claro dónde destinar la mayor parte: “primero que nada hacer un edificio para escuelas”. Cuando dejó su cargo, entre su etapa dedicada a la escritura, se publicó su libro “Opiniones de Mujeres”, donde defendía la ley del divorcio y la igualdad.
Con el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, María huye con su marido a casa de su hermana en el pueblo donde nació, para encontrar refugio. Días después fue detenida. El siete de septiembre de 1936 fue fusilada por los golpistas en las tapias del cementerio de Fuendejalón. El franquismo ya se cuidó de que sus logros, sus deseos y su nombre quedaran en el olvido.
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ANEXO:
Ayer , 30 de febrero de 2021, apareció su cuerpo en una fosa común en Fuendejalón, con un tiro en la nuca.
María Domínguez Remón fue alcaldesa de Gallur, Zaragoza, la primera mujer al frente de un Ayuntamiento democrático en España.
Su familia y allegados, si viven aun, habrán al fin podido dar sepultura digna a sus restos.
Memoria y Dignidad.
Ha pasado mucho tiempo para darte la enhorabuena pero nunca es tarde... tengo un problema, que no se si felicitarte por ser alcaldesa o por el valor y el arrojo que tuviste que tener. En cualquier caso, mi más placentera ENHORABUENA.
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