Federico se había trasladado desde Madrid a Granada el 14 de julio para reunirse con su familia ante el agravamiento de la situación política. Tras el estallido de la Guerra Civil, Granada quedó bajo control de los sublevados, para los que el poeta era un personaje señalado por sus ideas liberales y amistades republicanas. Ante el evidente peligro que corría su vida, éste decidió esconderse en casa de su amigo Luis Rosales, también poeta.
La tarde del 16 de agosto de 1936, Lorca fue detenido en casa de los Rosales por Ramón Ruiz Alonso, un ex diputado de la CEDA, derechista fanático, que sentía un profundo odio por Fernando de los Ríos y por el poeta mismo.
Lorca fue trasladado al Gobierno Civil de Granada, donde quedó bajo la custodia del gobernador, el comandante José Valdés Guzmán. Entre los cargos contra el poeta –según una supuesta denuncia, hoy perdida y firmada por Ruiz Alonso– figuraban el “ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual .
Fueron infructuosos los intentos de salvar al poeta por parte de los Rosales y, más tarde, por Manuel de Falla. Según Ian Gibson, “hay indicios de que, antes de dar la orden de matar a Lorca, Valdés se puso en contacto con el general Queipo de Llano, jefe supremo de los sublevados de Andalucía”.
El poeta fue llevado al pueblo de Víznar junto con otros detenidos y después de pasar la noche en una cárcel improvisada, lo trasladaron en un camión hasta un lugar en la carretera entre Víznar y Alfacar, donde lo fusilaron antes del amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario