Un inglés de origen humilde y del sur que soñaba con emigrar a los Estados Unidos y triunfar allí. Y de eso va «It never rains in Southern California», de los sinsabores por los que tiene que pasar un emigrante colgado del sueño americano.
Que parezca que nunca llueva al sur de California (que sí que llueve, y a veces de forma torrencial) es algo que inspiró a Albert Hammond esta canción impecable. Pero no parece que sea la meteorología, la lluvia o la sequía las que marcan el sentido de la letra de la canción. La historia que hay detrás de esta canción no es si llueve allí o no, sino otra cosa muy distinta.
No, no era tan bonito el cuento: el emigrante lo pasa mal y solo unos pocos consiguen el éxito, disfrutan del sol de California y son felices. Los demás se mojan la espalda con la lluvia torrencial y fracasan. Preciosa metáfora que lo explica todo con cinco sílabas. «It pours, man. It pours!» (Aquí diluvia, tío. Aquí diluvia).
La canción supuso el gran triunfo de Albert Hammond quien, por cierto, no se limitó a trabajar solo en Estados Unidos, ya que mantuvo siempre el vínculo con España y, cantando en castellano, cosechó una larga serie de éxitos menores con baladas como «Échame a mí la culpa» , «La espinita» o «Eres toda una mujer».
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Y además, en el sentido literal, en California llueve, doy fe.
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