Unos largos guantes negros sosteniendo un croissant y un café frente al escaparate de Tiffany´s en la Quinta Avenida de New York es, sin duda, una de las escenas que mantienen vivo el mito de Audrey Hepburn. El fondo musical inolvidable de Henry Mancini , el «Moon River» que la propia Audrey cantaría en otra escena maravillosa sentada en el alféizar de una ventana.
Henry Mancini creó la canción «Moon River» especialmente para que ella la cantase, eso asustó mucho a la actriz, pero accedió y se preparó durante semanas con un profesor de canto y otro de guitarra. La Paramount quiso suprimir la escena de la ventana y la guitarra, pero Audrey se negó en rotundo.
Audrey Hepburn llevó toda su vida pegado a su piel el personaje de Holly Golightly, la protagonista de «Desayuno con diamantes» dirigida por Blake Edwards en 1961. En la mente de Truman Capote, autor del guión, la protagonista debía ser Marilyn Monroe , pues parece ser que escribió el texto original pensando en ella; sin embargo, el mentor artístico de Marilyn le desaconsejó hacerla.
Audrey no parecía una firme candidata a este papel, pero llegó, discreta y sencilla y dejó a todo el público boquiabierto con su interpretación del personaje, aunque suavizado e incluso obviado, se trataba de una prostituta con ciertas adicciones.
«Mi vida ha sido mucho más que un cuento de hadas», decía la actriz. Detrás de su delicada imagen se esconde una infancia triste en la que sufrió el hambre que para millones de europeos acarreó la Segunda Guerra Mundial y la muerte de su hermano. Nacida en Bélgica, vivió en Londres y luego en Holanda, donde le sorprendió la invasión nazi.
El horror de la guerra destapó en ella una sincera solidaridad con los menos afortunados. Fue enfermera voluntaria en un hospital y fue bailarina en una asociación que ofrecía espectáculos para recaudar fondos, Esta faceta humanitaria la acompañó siempre y se convirtió en un icono que supo aprovechar su fama en beneficio de la infancia como embajadora de Unicef en los últimos años de su vida.
Delgadísima, dotada de una belleza opuesta a la voluptousidad de la época, estudió ballet gracias a una beca y su elegancia y garbo resultaban tan atractivos que empezaron a llamarla como modelo, y luego como actriz. Sus primeros pasos en el cine holandés la llevaron hasta Hollywood.
La «puerta grande» de Hollywood se abrió de par en par para ella cuando Liz Taylor y Jean Simmons rechazaron el papel que Audrey interpretó magníficamente haciéndola ganadora de un Óscar en «Vacaciones en Roma», junto a Gregory Peck.
Le siguieron películas míticas: «Sabrina», «Guerra y paz», «My fair lady», «Historia de una monja», «La calumnia», «Sola en la oscuridad», «Desayuno con diamantes», «Dos en la carretera», «Charada» ... Por las que obtuvo cuatro nominaciones como mejor actriz a los premios de la academia.
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